La butaca será un observatorio mientras la contemplación sea complicidad y sindéresis.
Para entonces será evidente que no hay diferencias entre civilización y cultura, que la teatralidad gobierna y enlaza el mundo y la escena, que la sindéresis nunca desapareció en cuanto es un acto esencialmente ético.
Estos son los folios que quedan abandonados en la butaca cuando parece vacía.
Para entonces será evidente que no hay diferencias entre civilización y cultura, que la teatralidad gobierna y enlaza el mundo y la escena, que la sindéresis nunca desapareció en cuanto es un acto esencialmente ético.
Estos son los folios que quedan abandonados en la butaca cuando parece vacía.